Hospital de la vall d'Hebron
Foto sacada de Google

El 14 de febrero de 2025, a las 18:25 h, acudí a las Urgencias del Hospital General de la Vall d’Hebron debido a que soy un paciente trasplantado desde 2016 y, el 13 de febrero sufrí un trauma interno, que conllevó hematuria.

A las 19:44 h me reubicaron en la UB01-1, obviamente en una camilla desastrosa y tercermundista.
A las 20:47 h me visitaron el Dr. León y el Dr. Martínez del equipo del Dr. Moreso. (Nefrología)
A las 21:16 h se comienza el protocolo de pruebas con una PCR, y la colocación de la vía que no estuvo exenta de problemas por parte de la enfermera, ya que, necesitaron, 3 intentos, para poder ponerla, no sin el previo comentario del años de la quica de «Ufff… tattoos».

Es comprensible que cada paciente y enfermero/a es diferente, pero esta situación rayó la ineptitud. Y no estoy hablando de una enfermera jovencita que no llega a los 30 años, no, la enfermera que me atendió ya tiene su oficio. En su defensa tengo que decir que hizo un procedimiento de toma de muestra muy eficiente, algo que, no todas las enfermeras, veteranas, en el 2025, lo tienen demasiado claro en este hospital.

Todo el resto de la tarde/noche del día 14 fue, medianamente bien dentro de lo que podía hacerse, dado que, la planta 8a, estaba colapsada y no disponían de camas donde los nefrólogos pudieran tratarme y evaluarme debidamente. Así que continué en la UB01-1 que es una habitación, ocularmente, tercermundista.


El día 15 a las 16:32 h me trasladan a la UC12-1 (especialidades) que fue un cambio significativo en cuanto apariencia visual. Todo iba bien, las típicas comidas nutritivamente cuestionables.


El día 16 transcurrió con las rutinas habituales.


El día 17 a las 3:57 h me trasladaron al UB13-2 donde allí ya empezó a ponerse la cosa realmente preocupante. Dado que había un paciente que, evidentemente, no era culpa suya, pero no deja de hacer ese ruido, insistentemente que me impedía dormir, con lo que eso conlleva.

Esta situación evidencia que se incumple la norma de la que: «los pacientes, tienen un entorno tranquilo para poder descansar y recuperarse». Por no hablar del deterioro de los desayunos que veía todos los días que pasaba. No creo que un bombón de chocolate sea saludable, entre otras carencias como no tener un café ni mantequilla ni mermelada para desayunar.


Por último, a las 16.34h , llegó el traslado definitivo, el más indigno, y el más estresante de todos. Una habitación de, 3 camas y 2 cortinas. ¿De verdad el Sr. director cree que esto es poner en el centro al paciente? Me parece que no.

Como siempre, hice una queja en el correo de Unidad de Atención al Ciudadano del hospital, para arreglar el atentado a la intimidad que se estaba produciendo. Y, evidentemente, se arregló al día 18 con supervisora ​​de planta involucrada.


La noche del día 18 al día 19 fue, la peor de todas. Supongo que en la cabeza del director del hospital, tenía toda la lógica, pero, como paciente que llevo 47 años viniendo a este hospital, no tiene ni pies ni cabeza.


¿Alguien cree coherente juntar a un paciente trasplantado, con una paciente con demencia y otro paciente con cáncer?.

Estoy verdaderamente interesado en que me lo explique el Sr. Director, por qué, si su hospital pone al paciente en el centro de toda acción, esto echar por los aires esa máxima.


No le deseo a nadie tener que aguantar lo que yo pasé esa noche. Os pongo unos ejemplos en audio.

Y con esto podemos tener una idea de como funciona el CatSalut i el ICS. Un sistema sanitario, nefastamente gestionado, tanto por el director del Hospital, como por la Consejera de salud de la Generalitat de Cataluña.

Lamentablemente este sistema sanitario es extrapolable a todas las CCAA.